Todo proyecto de emprendimiento requiere realizar una serie de trámites fundamentales entre ellos destacan los relacionados con la propiedad intelecutal.
Evitar los siguientes errores te ahorrar verdadedores dolores de cabeza y frustración en los primeros años de tu proyecto emprendedor.
1. No verificar si ya existe tu solución
Antes de registrar la propiedad intelectual de tu proyecto, debes revisar lo que ya existe al respecto. Aquí la principal regla es buscar la competencia sana y valerse de medios honestos. Checa en Google si la invención tiene su registro porque podrías afectar a otras personas. En el caso de las marcas, en México puedes acceder al portal de Marcanet para saber si hay una como la que quieres impulsar o si existe alguna parecida.
2. No subestimes el registro de un invento
“No es importante patentar porque a nadie le importa, de todas formas me van a copiar”, son algunas de las razones equivocadas por las que no se hace el registro de un invento que el especialista compartió en su presentación.
Recuerda que un registro siempre te dará más certidumbre porque puedes sentarte a negociar la comercialización.
3. Pensar que es una pérdida de tiempo y dinero
Recuerda que siempre será más caro no estar protegido. Los programas de computo, los videojuegos, los dispositivos médicos, las marcas, los diseños industriales, los libros y otras creaciones artísticas son ejemplos de objetos de protección intelectual. Además considera que consultar un experto sobre el tema no solo te ahorrará dinero sino evitará que realices una mala gestión que puede terminar en un problema legal mayor.
4. Creer que, si registras tu producto en un país, está protegido en todo el mundo
Aunque puedes ir a España y ostentarte como el creador, los efectos de tu registro en México no te van a ayudar. La Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI) creó el Convenio de París para proteger contra la competencia desleal, pero generalmente los registros tienen efecto únicamente en el país donde se emitió el certificado.
5. Solicitar la protección en otros países demasiado tarde
Si te ganó la emoción y diste una entrevista sobre tu proyecto antes de registrarlo, tienes un año para hacerlo después de la divulgación; de lo contrario, tu invento se puede volver del dominio público. Esa regla no solo aplica en México, sino en otros países.
6. Mantener expectativas falsas
Aunque algunos mercadólogos afirman que lo mejor que le puede pasar a tu marca es que se vuelva el nombre del producto –como Kleenex o Aspirina–, en términos de propiedad intelectual hay que cuidar a la empresa porque corres el riesgo de promover un producto genérico.
7. Olvidar registrar tu marca en diferentes clases
Si ya tienes tu marca, alguien más puede usar el mismo nombre para otra clase; por ejemplo, la marca Presidente es de una bebida alcohólica y una cadena hotelera; es decir que si solamente proteges tu marca para la clase bebidas y no para hoteles serás víctima de la competencia que se colgará de tu marca y podrá usarla en otros sectores industriales.
8. Violar los derechos de otro
La línea que divide lo creativo de los “vivales” es muy tenue, lo que siempre debes tener claro es que la competencia debe darse en términos sensatos, en términos sanos. Por ejemplo, la Ley de Protección al Consumidor establece una regla que ayuda mucho en este punto. Dice que sí se vale hacer publicidad comparativa, como Pepsi contra Coca. Puedes decir que tu producto es mejor que el otro, pero esa información no tiene que ser falsa tendenciosa o exagerada.
9. Tratar de manera equivocada la información confidencial
Esto tiene que ver con toda la información que guardas que representa ventaja competitiva respecto de otras personas que desarrollan y producen lo mismo. Documenta todas las relaciones con socios, compañeros, empleados, clientes; no tiene que ser un contrato largo, tedioso y difícil de leer.
“Muchas veces basta con un correo electrónico en el cual hagas constar que la información que le estás dando a ese cliente tiene el carácter confidencial y que no está permitido andarla divulgando por ahí”.
10. Ignorar la diferencia entre la licencia y la cesión de derechos
Cuando das una licencia, conservas la propiedad de tu desarrollo y estás autorizándole a esta persona que lo use. Cuando cedes los derechos, entonces sí opera como una compraventa, por lo que ya no tienes los derechos de explotación comercial.